Weno chikasss!!!!!!!!!!!
como les habia dixo en el cap pasado ^^
y pa k tengan lectura de calidad a media semana xD les pongo este fic d my sister la conocen es MONTY del blog MASQUEVAMPIROS
creeanme chicas ia lei esta parte y esta omG!!!!!!!!!!!!!
sin mas les dejo la intro y la 1era parte del capitulo 1. K lo disfruten chikss!!!!!! ^^
¿ Cassidy? Es la hora……
Cassidy es una chica corriente. O al menos lo era hasta que sus padres la adoptaron. Vive con ellos en una enorme mansión. Incluidos cuatro apuestos guardianes que velan por ella día y noche.
Pero en su decimoctavo cumpleaños debe tomar una importante decisión: adoptar por completo el estilo de vida de sus padres o ser devuelta al mundo al que realmente pertenece sin conservar con ella ningún recuerdo de sus dieciocho años de vida, ni a su familia.
Fuertemente unida a sus padres y a sus cuatro guardianes tiene muy clara la opción que elegirá. Pero un desafortunado incidente provocará que todo se complique. Y que esa elección conlleve un precio que ella no estará segura de querer pagar.
Acompaña a Cassidy y a sus cuatro guardianes en el viaje que se verán obligados a emprender. En un intento por que ella pueda permanecer en un mundo, que no es tan amable como sus padres la hicieron ver. Y donde a pesar de lo que Cassidy creía, la noche no siempre estará de su parte.
CAPITULO 1.
PRIMERA PARTE.
Cassidy, estaba agotada, feliz, pero agotada. Había tomado la torpe decisión de dejarse caer sobre su mullida y enorme cama durante unos minutos, antes de cambiarse para la segunda parte de su fiesta de cumpleaños. Pero eran más de las dos de la madruga, y en ese momento le parecía que el edredón dorado le susurraba al oído que se quedara tumbada sobre él. Se había levantado a las siete de la mañana. Había asistido a sus últimas horas de instituto. Comido por su cumpleaños con sus mejores amigas, y dolorosamente y en secreto, se había despedido en su interior de ellas. Nunca, desde el día que sus padres la hicieron conocedora de su secreto, dudó de cuál sería su elección llegado el momento. Para rematar el día, que no terminar, sus padres vieron necesario que celebrara por todo lo alto su mayoría de edad y su futura conversión dando una gran fiesta en su enorme mansión, con todos sus compañeros de clase y amigos a los cuales rara vez volvería ver.
-¿Te queda mucho? -preguntó su madre.
Cassidy podía imaginársela apoyándose en la barandilla de la majestuosa escalera, vertiendo su peso hacia el hueco para gritarle desde abajo.
-Acabo de subir -respondió ella del mismo modo y acto seguido se tapó la cara con uno de los cojines de plumón del cabecero.
-Lo sabemos, cielo -resonó escaleras arriba hasta llegar a ella la voz de su padre-. Pero es que…
Cassidy se apartó la almohada de la cara al percibir unos cuchicheos. Decidió ponerse en pie antes de que su exigente madre subiera a buscarla y la enfajara en el vestido de corpiño color sangre a la fuerza. Mientras que desenfundaba la preciosa prenda rojo carmesí del plástico protector escuchó cómo unos finísimos tacones maltrataban los peldaños en dirección a su cuarto. La puerta se abrió a la vez que ella resoplaba haciendo rodar sus ojos hacia la pequeña lámpara de araña del techo de su dormitorio.
-Cassidy -increpó su madre con voz chillona-. Te necesitamos abajo. ¡Ya! Hemos tenido un problema con uno de tus regalos.
Cassidy se giró y la miró con la cabeza ladeada y el ceño fruncido. Realmente su querida madre, rubia platino y con aspecto de Barbie atrapada en los años cuarenta, podía ser una verdadera histérica. La chica empezó a enumerar uno por uno todos los inofensivos presentes que había recibido de sus invitados. El Ipod, el reproductor de DVD portátil, el marco digital y así con cada uno de ellos. Su madre fue negando sin decir palabra mientras trataba de sacarle por las bravas su TOP sin tirantes negro de lentejuelas.
-¡Mamá PARA! -se quejó de manera infructuosa Cassidy-. ¿A qué viene tanta prisa? No lo entiendo.
-Quizás la señora Legrende, debía haber concretado. Tuvimos un problema con uno de “nuestros” regalos. Concretamente con el de Gabriel.
Quien le hablaba junto a la puerta, recostado contra la pared de manera que no podía verle, era Alexander. Uno de sus cuatro guardianes. Gabriel era otro más de ellos. Junto con Hardy, William y sus padres, ellos cuatro completaban su extraña familia. Habían crecido juntos, o más bien ella había crecido y Alexander había “recrecido”. Desde que supo, y entendió, la verdad Cassidy le había negado la entrada a su dormitorio si estaba en paños menores. La excusa de: “pero si nos hemos bañado juntos” jamás volvió a funcionarle a Alexander cuando ella se ponía remilgada con su intimidad. Pero quitando aquella fase en la que se creyó enamorada de su mejor amigo, normalmente a ella no le importaba que la viera cambiarse. Total, no vería nada nuevo que no hubiera visto ya.
-¿Qué han hecho esta vez? -preguntó cuando se encontraba con la cabeza y los brazos perdidos entre pliegues y pliegues de tela rojiza. Cassidy sabía que en cualquier lío que estuviera metido Gabriel, había sido prácticamente guiado de la mano por Hardy.
Cuando su cabeza al final estuvo liberada de la prenda, sus ojos chocaron con los de Alexander. Eran de un intenso gris que parecía refulgir destellos blancos, enormes y estaban rodeados por unas espesísimas pestañas azabaches, tan negras como su pelo. El estaba tratando de ayudar, por la parte delantera, a que el vestido de Cassidy bajara a su sitio. Con sus delgadas pero fuertes manos tiraba del bajo del corsé. Cuando creyó que la prenda finalmente estuvo en su sitio volvió a cruzar la mirada con Cassidy. Al alzar el rostro el flequillo le cubrió los ojos y, divertida Cassidy, le sopló a la cara para apartárselo.
-No hagas eso -refunfuñó Alexander tapándole la boca con la mano-. Lo odio.
Rápidamente el chico se llevó la mano al pelo y lo peinó a su gusto. No es que fuera escrupuloso con el aliento de ella, simplemente odiaba que nadie manipulara de manera alguna su carísimo y estudiado corte. El largo de los frontales le llegaba algo más por debajo de las orejas, e iba siendo más corto hacia atrás. Cassidy lo sabía y sólo por ello, en cuanto tuvo una mano libre se lo revolvió a conciencia. Él la fulminó con la mirada y Cassidy simuló temblar de miedo. Alexander lentamente y con sumo respeto apartó a la señora Legrende de la chica. Tomó a Cassidy por la cintura levantándola del suelo casi medio metro y fue con ella hasta la cama donde la dejó caer.
Un instante antes de que Alexander se subiera a horcajadas encima de ella, Cassidy pudo ver uno de sus truquitos. Alexander de un metro noventa, más de noventa kilos y con las facciones de un hombre de veinticuatro años, encogió. En cuestión de décimas de segundos pasó a medir el mismo metro setenta que la muchacha. Y una vez Cassidy tuvo el rostro furioso de él frente al suyo, no aparentaba tener ni un solo año más que ella.
-Eres odiosa, Cassy -chillaba Alexander a la vez que trataba de retener las manos de la chica.
-Y tú un estirado -protestó Cassidy al tiempo que intentaba despeinarle de nuevo.
Peleaban jugando como dos hermanos. Como lo que para Cassidy, y para el resto del mundo, eran. Sus padres habían elegido a Alexander entre los demás soldados para que formara parte de los cuatro guardianes de Cassidy por su habilidad. Alexander podía adquirir el aspecto de cualquier edad que se le antojase. Esto le convirtió en la mejor opción para acompañar a Cassidy en su vida humana. Fue con ella a la guardería, al colegio, al instituto y salía con ella y sus amigos. No fue hasta que Cassidy cumplió los seis años que se supo que ni ella ni Alexander eran hijos biológicos de sus padres, como tampoco eran hermanos entre ellos. Y no fue hasta los doce cuando empezó a entenderlo todo y comprendió la verdad. Pero en el fondo todo esto le daba igual. Alexander siempre sería su amigo del alma y en muchas ocasiones, como cuando se peleaban, su odiado y remilgado hermano.
-¿Queréis dejar de jugar? -increpó la señora Legrende, tirando con fuerza de Alexander hasta que lo sacó de encima de su hija-. Comportaros los dos. Que ya tenéis una edad. Sobre todo tú, Alexander. Vuelve a tu forma ahora mismo. Y tú, niña, termina de vestirte antes de que esa cosa me destroce el salón.
-¿Qué cosa? -preguntó curiosa Cassidy, incorporándose de un salto de la cama.
-El lumbreras de Gabriel -anunció Alexander, recolocándose su camisa negra de Dior-. No se le ha ocurrido otra cosa que traerte un… -Él se calló sólo para molestarla e impacientarla.
-¿Un qué? Di -rogó ella, tirando de su camisa, y él la fulminó con la mirada-. Perdón. ¿Qué es? Dímelo, por fa.
Alexander estaba a punto de contentarla, cuando un fuerte carraspeo procedente de la puerta tras él le interrumpió, dejándole con la palabra en la boca abierta. Sabía de sobra quién era. Aquel ruido tan gutural y potente sólo podía pertenecer a Gabriel. Sólo alguien con su poderoso porte, más de dos metros y ciento veinte kilos de peso, podía proferir tal sonido. El chico daba miedo de verdad. Sobre todo si te topabas con él en la oscuridad de un callejón. En realidad podía resultar mortalmente amedrentador en cualquier situación en la que no abriera la boca. Porque en cuanto hablaba, sobre todo si le estabas mirando a los ojos, toda esa aura letal desaparecía.
Nada más pronunciarse descubrías al niño enmascarado en aquella mole de músculos. Rubio, de ojos azul celeste y sonrisa perfecta. Si eras una fémina te faltaba tiempo para postrarte a sus pies. Si eras un varón… Bueno, sólo te quedaba rezar por que el niño que ante ti se alzaba fuera uno de esos niños buenos, cariñosos y no de esos que de crueles parecen endemoniados, porque si te planteabas esa posibilidad el miedo era incluso mayor.
-Como abras esa bocaza tuya Alexander… -amenazó seriamente el recién llegado-, te juro que estaré sin hablarte siglos. Te lo juro.
-Tranquilo, grandullón -se burló Alexander, golpeando con una mano en el amplio pecho de Gabriel al pasarle para salir de la habitación-. ¿Qué haría yo sin tu inestimable y erudita conversación durante tanto tiempo? Creo que perecería -apuntilló, bajando por las escaleras.
-Nosotros no hacemos eso, bobo -refunfuñó Gabriel al tiempo que Cassidy saltaba a sus brazos para que la cogiera al vuelo.
-Sólo espero que no hayas perdido también mi collar -gritó Alexander que casi estaba ya en el primer piso.
-Serás idiota -le increpó el gran hombre, cargando con la chica fuera de la habitación-. Ahora ya sabe cuál es tu regalo.
-No importa -susurró Cassidy en el odio de Gabriel-. Seguro que el tuyo me gusta más.
Cassidy le besó en la mejilla y su castaño pelo le hizo cosquillas en la cara. Ruborizado, no por la vergüenza sino por la emoción, Gabriel cargó con ella hasta el último tramo de escaleras seguido por la señora Legrende. Al llegar al trecho de peldaños visibles desde el amplio vestíbulo que daba paso al salón, la dejó en el suelo y raudo bajó, desapareciendo de su vista. Selina Legrende, su madre a todos los efectos, estaba junto a ella. Le dio los últimos retoques a su vestido rojo y a su castaño pelo. Miró orgullosa a los dorados ojos de Cassidy y fue al primer piso para reunirse con el resto y que ella hiciera sola su entrada magistral.
Cassidy había crecido rodeada de la gente que, ansiosa, la esperaba en el salón. Sólo sus padres y sus cuatro guardianes. Ellos serían los únicos de toda la gente que conocía que permanecerían en su vida de ese día en adelante. Era triste, muy triste. Pero la alternativa era aún peor. Si no decidía unirse a ellos y a su digamos “estilo de vida”, tendría que renunciar a todos.
No volvería a ver a su clasista, recta y disciplinada madre, a la que ella quería a pesar de todo. No vería jamás a su bondadoso y afable padre, a quien adoraba. Y ante sus ojos jamás estarían otra vez sus cuatro guardianes. Alex, su hermano y mayor amigo. Quien siempre, con su carácter pausado y calmado la escuchaba y la entendía a la perfección, aunque sus personalidades fueran tan distintas. Gabriel, ese niño gigante que aparentaba veintiséis años. Adorable y noble. Que tantas veces la consolaba callado, por miedo a que sus torpes palabras empeoraran la situación que la había enojado. Quien en ese momento la estaba haciendo ver mariposas, literalmente, volar alrededor de ella. Sin olvidar a sus otros dos guardianes: William y Hardy.
No sólo no los volvería a ver, sino que ni siquiera los recordaría. Por eso y porque el corazón se le encogía sólo de pensarlo, Cassidy había decido no volver a vivir como una simple humana a partir de esa noche. Y dejar de serlo para siempre en algún momento en los siguientes tres años.
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¿Q les parecio chikss????????
Espero k les haya gustado, a mi me encanto!!!!!!!!!!!!!!!
la historia engancha espero k comente a ver inkietudes dudas sugerencias
externenlas k monty se andara dando vueltikas x aki o si no directamente a su blog:
http://masquevampiros.blogspot.com/
Espero su apoyo chikass cuidensen nos leemos byess
]*Mosha*[
p.d.- el domingo les pongo parte del capi jajajajaaj xD k ia vi k les gusto Andy ahora sip byess
ay me encanto
ResponderEliminarya me esta dando ganas
de saber que mas pasa
oye espero que publiques
pronto pliss quiero saber que mas pasa
quiero que vuelva a slir mi amorcito
dereck mmmm jeje
XOXO, XD
Cooññññeee ooss amoo
ResponderEliminarcomo ess qqq poodeeiiis escribir ttan
biien y ttan emociionatttess hiistoriias!
JODEEER me encantttta i looovvveeee youuu
hhahahah me encnata en seriio ahora me voi a
meter en el blogg de monty yy seguiirree
leyyendo porqqq me e enganchhhaddo!
aaaaggg mme encantta!
poor cieertto ahora commento en
el otro capitulo =D
jjooppe me encnatta hhahaha todaviia
estoii emociionada hahah
i love gabriiel Grrr hahaha me encantta!
hahaha bueno te comento dentro de
un ratiin el otro capii haha
esqqq tengo qe acerr coopiias!
te preguntaras porqe? hahahah
pues por deciir palabrotas e insultos en
classse hahah debo de accerr 55 vveces
qeee caca jooppe solo por deciir algunnas
''palabritas'' hahhaa mejoor
no tte cuentto qee ''palabriitas''
diijje hahahahahaha bueno puuess eso
qe me voi a acer mis maravillosos
55 copiias y vuuelvo a dartte mi
coomment =D
mmme encnatttaaasss TÚ SOLO TÚ =D
por ciierto ya sabes no?
hahaha AMENNAAZZZAA!!
hahah qieres más informaciion?
hahhahaha ya ssaabees como no postteess
prontto me enfadare y parecerra al
mismosimo HULKK hahah como se escriiba hahha
ya sabes Hulk al attaaqqqe hahaha
posttea porntto me muuerro por sabbbeerr
mm´´ássss =D
tteqq por ciertto ttiienes prmeiioos en mi blog =D
cuiiidddaatte ^^
Annddrreee**
*-*
ResponderEliminarOooh diosssssssssssssssssssssssssss!!
Amé el capii!! ♥ Lo diigo en serioo!!*^*
Sois hermanas d vdd cierto? xDD No pero lo parece! Las 2 comparten talento! Cual? Escribeeen perfectooo!!!!♥
Jaja! X SUPUESTIIISIIMO aoora mismo me pasoo x el blog d monty!! >u< Me encantoo! Y eso k solo es el capi 1 y la intro aassi k...me imagiino el resto y WOWW! *^* ^^ ♥
Ooooh! Me cae geniial los guardiianes! ^^ Al menos los k e ''conociido' ^^
K suerte Cassy (le abrevie el nombre Xp) sta rodeada d xiicos tan siimpatiicos y liindos!!^^
Pero pobreciita k tnga k abandonarlo todo =S Weno..CASI todo...Pero iiwal..=( =S
Y weeno..TÚ! MOSHA!!! Ò.Ó
Suube prontoo eeeeh!!! ò.Ó xDD
K suerte k ya postees el domingo xke kiiero leer YAA!! >u< Me encantaa!! ♥
Pero k peeena T-T Yo tendre k esperar asta el lunes xke creo k el domiingo voi a salir todo el diia...^^ T-T Pero cmo para el lunes no este...ò.ó TOMATO CON PAPAS FRIITAS! Ò-Ó ajaja...me entiendes? xDD
weeeno me despiido...
Chaao ♥
Besos!
Tq ♥
Siigan asii las 2!!=D